Consejos para una Salud Perfecta

Toda dolencia física tiene su causa en el interior. Lo que el cuerpo manifiesta no es más que un efecto, una señal que dentro existe algo que nos está quitando energía y eso luego se traduce en enfermedad.

La mente tiene registrado todo lo que hemos vivido y experimentado, y muchas veces mantiene escondidos conceptos erróneos, falsas percepciones, traumas y rencores pasados que no fueron limpiados o aclarados en su momento. Todo eso se va acumulando y no deja que la energía circule libre y naturalmente, lo que hace que el cuerpo se enferme.

A continuación encontrarás algunos pasos prácticos que podemos seguir y que serán de gran ayuda para poder recuperar esa energía perdida:

  1. Perdonar y olvidar lo que nos hizo sufrir. Debemos dejar de sentirnos víctimas y más bien comprender que las situaciones difíciles son las que nos ayudan a crecer y  las personas que nos han hecho daño, son las que más nos han ayudado en nuestro proceso de evolución. Este cambio de pensamiento, es decir, cambiar la idea de que alguien nos hizo daño, por la idea que nos ayudó a crecer, puede marcar una gran diferencia en los procesos lógicos de la mente y ese Nuevo Pensamiento, sin duda,  se manifestará benficiosamente en nuestra vida.
  2. Dejar ir las situaciones o personas dañinas, ya sea un empleo o una relación y  tener el coraje de realizar cambios. No debemos conformarnos con algo que no nos hace feliz solo por el sentido de seguridad que provoca.  El miedo a lo desconocido a enfrentar nuevos entornos, muchas veces hace tolerar situaciones tóxicas que luego de alguna manera se manifiestan  en  una dolencia física. 
  3. Hacer lo que nos provoque alegría, rodearnos de personas que nos aman y nos valoran. Buscar a cada momento lo que nos hace feliz y no solo afuera sino también en nuestro interior, en nuestra mente. No entretengamos pensamientos negativos, déjemos que se vayan junto con las personas y situaciones  que no nos benefician.
  4. Aceptar lo que no podemos cambiar. Y en este contexto es importante saber reconocer la diferencia entre aceptar y conformarse. Conformarse es saber que Si podemos provocar un cambio, pero buscamos excusas para no tomar las acciones necesarias y nos resignamos con “lo que hay”. Por otra parte la aceptación, se refiera a aquellas situaciones que no podemos cambiar, que no hay nada que podamos hacer para que sean distintas. En este caso debemos mantener una actitud positiva en todo momento y las cosas se volverán a nuestro favor, mientras que si nos resistimos y peleamos enfermaremos al cuerpo y las cosas se tornaran peores.

La salud requiere siempre el equilibrio entre mente cuerpo y espíritu. Debemos ocuparnos de las tres sin desatender ninguna. Hacer ejercicio, comer sano, dormir lo suficiente; mantener pensamientos puros y nobles, no juzgar; y nunca olvidemos de mantenernos en contacto con nuestro espíritu, con Dios quien tiene para nosotros salud perfecta y plenitud total.

Por: Marcela Allen Herrera.


¡ Suscríbete a nuestro blog!

¡Regístrate para recibir Felicidad en tu correo electrónico!

No enviamos spam. Lee nuestra política de privacidad para obtener más información.

Te puede interesar...