La mejor forma de resolver los problemas es tomar distancia de ellos. En realidad ni siquiera puedo decir “resolver”, más bien diría “disolver”, porque al apartarse los problemas desaparecen. (Por supuesto que me refiero a los problemas de la vida, es decir aquellas situaciones que te hacen sentir infeliz, no a cosas triviales como que tu teléfono se quedó sin batería o se te acabó la sal mientras cocinabas, es obvio que alejándose no arreglarías nada, en ese caso debe tomar las acciones necesarias).
Con los problemas de la vida sucede más o menos así: imagina que estás frente a un gigante, lo miras hacia arriba y te parece increíblemente enorme. Luchar contra él es claramente un error, sin importar cuánto te esfuerces no lograrías derribarlo. Ahora, imagina que te subes en una avioneta y comienzas a volar en ella, a medida que vas tomando altura el gigante comienza a volverse cada vez más y más pequeño, hasta que no parecerá más que una simple hormiga. Si continuas elevándote ya ni siquiera podrás verlo, para tus ojos desparecerá. El gigante no cambió de tamaño ni se fue a ninguna parte, pero ya no eres capaz de verlo porque tú estás en otro lugar.
De la misma forma podemos disolver los problemas. Si nos enfrentamos y luchamos contra las situaciones que no nos gustan, es como pelear contra un gigante, nos desgastamos y nos estresamos sin razón, porque hay situaciones que sin importar cuanto luchemos no podremos cambiar.
Alejarse de los problemas no quiere decir negar su existencia, no es negar lo que es obvio, eso es tratar de engañarse uno mismo y al final de cuentas es imposible porque nuestra mente a través de sus procesos lógicos, nos seguirá recordando que están ahí; sino que se refiere a dejarlos a un lado y comenzar a mirar en otra dirección, eso es mirar en perspectiva, como si estuvieras elevándote. Tú no estás diciendo que no están, solo estás diciendo que hay otras cosas en las cuales enfocarse. No estás negando la existencia del gigante, solo dejas de mirarlo, lo ignoras.
En la vida hay muchas cosas en las cuales enfocarse. Busca en que ocupar tu mente, dale nueva información, busca nuevas cosas, así tendrás nuevos pensamientos. Comienza a elevarte internamente y al hacerlo dejarás que energía más elevada entre en tu vida, la cual se encargará de darte las soluciones precisas para cualquier problema que te atormente.
Tu misión es dejar de darle tu atención, dejar de hablar sobre tus problemas, tus inseguridades, tus celos, tu falta de ánimo, las malas amistades, deja de darles vueltas a las situaciones negativas, deja de mirarlas porque en la vida hay muchas cosas hermosas que si vale la pena contemplar.
No pierdas la fuerza y la energía que puedes utilizar siendo feliz. Deja de pelear con gigantes y disfruta de un placentero viaje en las alturas de tu ser.
Por Marcela Allen Herrera.
