Todo lo que existe en nuestra vida, las personas, las circunstancias, todo lo que observamos forma parte del mundo físico o material, es decir, el mundo que captan nuestros sentidos. Pero existe otro mundo más grande que se encuentra en nuestro interior y es de donde proviene todo lo que vemos, es el mundo espiritual. Al contrario del mundo físico, este solo lo podemos percibir cuando se acallan los sentidos.
Muchas veces somos totalmente inconscientes de este mundo más grande, no prestamos atención a lo que ocurre dentro de nosotros, nuestros pensamientos, creencias y percepciones; no comprendemos que lo que vemos afuera no es más que el reflejo de lo que existe en el interior.
A veces resulta difícil comprender esta verdad, pero hay una historia que ayuda a ver claramente cómo el mundo espiritual afecta el mundo material y esta la escuche hace algunos años en una conferencia dictada por el conocido autor Dr. Wayne Dyne, quien decía:– “Imagina que recibes un millón de dólares para que compres lo que quieras para tu vida. Vas al mall, entras a una tienda y ves unos árboles de plástico, entonces tú piensas – “¡Que cosa más fea, estos árboles son horribles! Luego miras el precio y la etiqueta marca $20.000.
Saltas de la impresión al ver lo caros que son. ¡Esto es ridículo! – piensas – ¿Quién puede pagar esa cantidad de dinero por algo tan feo? Entonces te acercas al vendedor y le dices: – Deme cinco de esos árboles. Y así, compras cinco de esos horribles árboles plásticos.
Luego vas a la siguiente tienda y ves las más grotescas lámparas que hayas visto jamás en tu vida, al igual que los árboles, te asombras al ver lo caras y feas que son y decides también comprar unas cuantas.
Y así, vas en cada una de las tiendas del mall comprando exactamente aquello que no quieres tener en tu casa, lo que menos te gusta. Entonces, después de unos días, miras tu casa y te preguntas ¿por qué mi casa está llena de grotescas lámparas y horribles árboles plásticos?”
Eso es exactamente lo que pasa con nuestra vida, vemos alrededor situaciones que no nos gustan sin comprender que somos nosotros mismos quienes las hemos puesto ahí. Si nos enfocamos en las cosas negativas y desagradables estaremos comprando justamente lo que no queremos tener en nuestra vida. Lo que sentimos, creemos y pensamos son las monedas que compran lo que vemos fuera.
Siempre, la causa de todo, está en el interior, el efecto es lo que se manifiesta: si crees que tienes mala salud, estarás comprando enfermedad, si crees que eres desafortunado en el amor, estarás comprando soledad, si juzgas a los demás estarás comprando enemistad, si tienes pensamientos negativos estarás comprando problemas porque solamente los más altos pensamientos de amor pueden compran dicha y felicidad. Por eso, de ahora en adelante, fíjate muy bien donde habitas en tu interior y qué estás comprando con tus pensamientos, no dejes que tu vida se llene de árboles plásticos y horribles lámparas.
Por: Marcela Allen Herrera.
