Hábitos Internos

Un Habito se define como el comportamiento de una persona repetido tan regularmente que se convierte en una actitud automática, es decir ya no necesita de la voluntad para llevarla a cabo, sucede naturalmente. Cambiar un hábito muchas veces no es tarea fácil, se requiere de mucha disciplina y fuerza de voluntad.

En el mundo interior sucede lo mismo que con nuestras acciones, si repetimos un pensamiento o una emoción continuamente se formará un hábito interno. Analízalo por un momento, tienes un sentimiento de rabia hacia alguien, primero debió entrar el primer pensamiento negativo respecto a él o ella, al seguir ese pensamiento adquiere algo de poder, de a poco comienza a aumentar y echar sus raíces. La imagen de esa persona comienza a pasar más frecuentemente por tu mente, haciéndote caer en la rabia y la negatividad, sin darte cuenta ese pensamiento se convierte en un habito y sucede automáticamente,  es como que el pensamiento ha cobrado vida y te ha controlado, no puedes dejar de pensar en ello.

Así sucede con cualquier otra emoción negativa, una persona que siente celos, quizás puede recordar la primera vez que esa idea entro en su mente, al escucharle y prestarle atención comenzó a tomar fuerza y a crecer, hasta que difícilmente puede arrancarse la idea de la cabeza, y de esta forma ve todo tipo de situaciones que aparentemente justifican sus suposiciones y sentimientos.

El habito de un sentimiento no tarda mucho tiempo en arraigarse, es como una semilla que entra en nuestra mente y nosotros, entreteniendo pensamientos  que lo nutren, le damos fuerza, poder y así va echando raíces que son cada vez más difíciles de arrancar.  Por eso es muy importante que cada vez que llegue a nuestra mente algún pensamiento negativo que nos dirija hacia la rabia, la tristeza, la desconfianza, la envidia, los celos o cualquier otra emoción negativa, debemos con fuerza y firmeza echarlo de nuestra mente inmediatamente, si no le prestamos atención, desaparecerá.

Niégate firmemente a mantener cualquier pensamiento, recuerdos o imaginaciones negativas,  procura que jamás encuentren en ti una morada y aquellos que ya se han instalado en tu interior y se han convertido en un habito, échales fuera ahora mismo, cada vez que el pensamiento molesto regrese, enfócate justamente en su opuesto, es decir si sientes rabia enfócate en un pensamiento que te de paz, si sientes celos elévate hacia la confianza y repite con firmeza “Yo Confío plenamente en la Vida”, comienza a subir por la escala hacia una vibración más elevada, la Ley Universal te ayudará a encontrar nuevamente la armonía.

Sé firme ya que al igual que sucede con los hábitos de conducta, se requiere de disciplina y fuerza de voluntad, pero dentro de ti esta la fuerza necesaria para lograrlo, ¡vale la pena hacer el esfuerzo!

Marcela A. Herrera

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