El Poder de la Fe – Pide y se Te Dará

la Fe

Creo que la Fe va de la mano con el “conocimiento”, a que me refiero con esto: para dejar que el poder de la Fe actúe en nosotros, debemos primero “saber” que en el mundo espiritual está todo perfecto y hay abundancia en todo sentido, por tanto no hay nada que yo no tenga, a pesar que sea invisible para mí en el plano físico y mis ojos no lo vean.  Yo no carezco ni me hace falta algo en particular, salud, amor o dinero, es simplemente que tengo creencias y conceptos que impiden que yo reciba o materialice lo que me pertenece, es decir no me dejan ver lo que yo ya tengo.

Es algo similar a lo que sucede cuando encendemos la luz. Al cambiar el interruptor de “apagado a encendido”, no nos  detenemos a decir  -“Por favor, por favor que se encienda la luz”- no es que tengamos  Fe en que se va a prender la luz, sabemos que así será.  Quizás no entendamos bien cómo funciona, pero sabemos que al cambiar el interruptor tendremos luz y con eso es suficiente. No hay duda, a pesar de que veamos obscuridad, sabemos que la Luz estará ahí cuando lo deseemos. De la misma forma, cuando pido algo, aunque yo no lo vea sé que está ahí, al igual que la luz esperando por ser llamada. Entonces toco el interruptor, que es cuando en oración le pido a Dios algo, y luego me es dado. – “La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”.- (Hebreos 11:1)

Sin embargo, muchas veces el cumplimiento de nuestros deseos no funciona tan inmediato como prender la luz, y en esa espera es donde comienzan a aparecer las dudas, la desconfianza y ponemos la Fe en el lado opuesto. Comenzamos a creer que No recibiremos.  –  “En verdad les digo que cualquiera que diga a este monte: ‘Quítate y arrójate al mar,’ y no dude en su corazón, sino crea que lo que dice va a suceder, le será concedido. (Marcos 11:23)  – Pero la pregunta es, ¿creemos realmente que el monte se arrojará al mar o más bien creemos que el monte se quedará en el lugar dónde está? –  “Te será dado según creas”, ya sea que creas que vas a recibir lo que pides o que no crees, se te dará.

Por eso, cuando pidamos algo al Padre, primero debemos saber que ya lo tenemos, al igual que en el ejemplo del interruptor, la luz espera por ser llamada. No queremos que algo nos sea dado milagrosamente, simplemente estamos pidiendo que se limpien los conceptos erróneos que tenemos en nuestro interior y que nos impiden recibir lo que ya tenemos, estamos pidiendo que la luz ilumine los lugares obscuros de nuestro corazón para que podamos ver con más claridad los tesoros que poseemos en el interior.  Luego, mantengámonos firmes en el conocimiento y seamos pacientes. No dejemos que la sombra de la duda entre en nuestro corazón.

La Ley de Dios no falla jamás y todo lo que pidas con Fe te es dado, lo que pidas con el convencimiento absoluto, creyendo plenamente, lo recibirás, porque esa es la voluntad del Padre.

Por: Marcela A. Herrera

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