La felicidad es el estado natural de las personas, esto quiere decir que todos debiéramos vivir contentos y en armonía, pero ¿porque muchas veces no podemos experimentar esa felicidad? La razón es que nuestra mente nos confunde y nos hace creer que la felicidad tiene nombre: dinero, casa, auto, exito, pareja, etc.
Cuando aceptamos esa creencia, aparece el apego ya que pensamos que si ese algo o ese alguien no están presentes en nuestra vida seremos infelices: “Sin ti me muero” .
Lo más triste del apego es que si no se obtiene lo deseado provocará desdicha, pero si se obtiene se seguirá con la angustia ante la amenaza de que puede perderlo, en definitiva jamás podrá experimentarse completamente paz y dicha.
Para poder experimentar la felicidad a la cual por naturaleza estamos llamados, en primer lugar debemos ser completamente libres, esto no significa que debemos estar solos, sino que me refiero a ser libres en nuestro interior, es decir saber que mi felicidad depende solamente de mí; todo lo demás: las cosas, las personas y las circunstancias son solo experiencias que tenemos y de las cuales disfrutamos, soy feliz estando con esta persona pero si no está igualmente Yo puedo ser feliz.
Cuando aprendemos que la felicidad no depende ni de las cosas ni de las personas, nace una sensación de alivio y ligereza, ya que estamos rompiendo una cadena que nos ataba y dejando de lado un gran peso, aprendemos además a disfrutar de la compañía de las personas pero les dejamos ir tranquilamente si es así el caso.
La vida continuamente te está dando oportunidades para que puedas ser feliz, disfruta de lo que tienes en este momento, pero ten la seguridad que si se acaba es porque la vida te quiere dar más; nunca te quedes atado a nada porque te impedirás a ti mismo llegar más alto.
Marcela Allen Herrera
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Fotografia : Karen Warfel from Pixabay