Quién Eres Tú Realmente

Si alguien te pregunta ¿Quién eres? ¿Qué contestarías? De seguro dirías tu nombre, tu profesión, quizás dirías a que te dedicas o cuál es tu trabajo… pero nada de eso está diciendo en realidad quién eres tú. Todas esas no son más que etiquetas que has acumulado durante esta vida. Si al despertar sufrieras de amnesia y olvidaras todas esas etiquetas anteriores…  entonces ¿qué dirías sobre quién eres? No queda ningún título que mencionar, pero TÚ sigues estando ahí…  ese es quien verdaderamente eres.

El ser que está detrás de todo aquello que piensas que eres. En tu estado natural libre de memorias, de historias, de miedos, de juicios, porque todo eso nació producto de las percepciones y las experiencias que has tenido.  Todo ello son parte de ese TÚ más pequeño. Tú no eres Juan González, ese nombre y todo lo que le pertenece a ese “nombre” forman ese pequeño ser, pero eso no es real, puede cambiar y desparecer en cualquier momento. Mañana mismo puedes renunciar al rol que has venido desempeñando hasta ahora,  puedes cambiar de país, de idioma, de nombre, de estado civil, de profesión, pero hay algo que jamás podrás cambiar y es quien eres TU realmente, ese ser más grande y que es tu esencia divina, que es Dios que habita en tu interior.

Solamente volviendo la mirada a nuestro verdadero ser, a Dios, es que podemos ver la verdad. Si nos  detenemos a mitad de camino y atendemos lo que nuestro ser más pequeño nos dice, nos confundimos, nos perdemos en sus percepciones erróneas, envidias, celos, nos enredamos en sus miedos e inseguridades y pareciera que no podemos salir de los problemas que nos aquejan.  Situaciones que se repitan una y otra vez y que no nos dejan ser felices. La única razón es que no vamos al interior, donde pertenecemos realmente, donde se encuentra nuestro verdadero YO.

Si aprendemos a descansar en nuestro ser real, veremos que todo lo demás desaparece. Los problemas, los miedos… todo se desvanece como por arte de magia. Esto es porque al conectarnos con quien realmente somos, dejamos que la energía divina fluya por nuestra vidas, haciendo que los milagros sucedan y llenando de felicidad y plenitud cada área de nuestra vida.

Cuando descansamos en esa presencia divina, descansamos en la sabiduría, en la intuición, en la inspiración, somos capaces de ver la vida de otra forma y crear nuevas posibilidades a cada momento. Aprendamos a abandonarnos en Dios, en nuestra verdadera esencia. No malgastemos nuestros  pensamientos, palabras o acciones en lo que es menor que el amor y descubriremos quienes somos en verdad.

Extraido del libro “Alguien Te Llama”

Por: Marcela Allen Herrera

¡ Suscríbete a nuestro blog!

¡Regístrate para recibir Felicidad en tu correo electrónico!

No enviamos spam. Lee nuestra política de privacidad para obtener más información.

ARTÍCULOS INTERESANTES

PUBLICIDAD

ARTÍCULOS INTERESANTES

PUBLICIDAD