Si No es de Corazón, No lo Hagas

¿Cuántas veces has hecho algo sin querer hacerlo, solo por el que dirán o porque es lo que se supone debes hacer? ¿Cuántas veces has “mentido” solo por complacer a los demás? La verdad es que, si analizamos un poco, nos daremos cuenta que frecuentemente hacemos cosas que no queremos hacer o decimos cosas que en realidad no sentimos.

Este comportamiento pasa desapercibido porque se hace un habito, es decir, se realiza mecánicamente.  Caemos en la costumbre de hacer y decir cosas que no provienen del corazón y por las razones equivocadas, puede ser por agradar al otro, por un deseo de sentirnos aceptados, por cumplir con las expectativas de los demás, etc. En el fondo creemos que hacemos un bien, pero en realidad hacemos más daño que bien y te explico a qué me refiero al decir esto.  

Cada pensamiento que tenemos es una fuerza real, tan real como cualquier otra clase de energía y ademas contiene un elemento el cual depende de la calidad del pensamiento emitido, es decir, los pensamientos negativos contienen un elemento negativo, mientras que los pensamientos positivos uno de su clase.

Cuando realizamos una acción, más allá de lo que hacemos hay detrás un pensamiento, y debemos tratar que siempre estos dos vayan unidos, es decir que si hacemos una “buena acción” haya detrás también un “buen pensamiento”.   Esto puede ser obvio, pero no lo es, y muchas veces no se cumple. Por ejemplo, imagina que un amigo te pide por favor que hagas algo que no tienes ganas de hacer (sea por la razón que sea), pero para evitar que tu amigo se enoje, o debido a su insistencia, haces lo que te pide, pero no lo haces de buena gana o feliz, sino que internamente con cierta molestia o resentimiento; pensamientos negativos de todo tipo comienzan a surgir en tu interior; que tu amigo es un interesado, que siempre te utiliza, que nunca hace nada por ti pero siempres debes ayudarlo, y así se va desencadenando una serie de recuerdos y pensamientos negativos que nunca vienen solos.

Ahora, si vemos desde afuera, podríamos decir que hiciste algo bueno, pero si pudiéramos ver los pensamientos que se han generado, nos daríamos cuenta de que en verdad no lo estamos ayudando, sino por el contrario, estamos enviándole un elemento perjudicial que será absorbido por él y que además después regresará a nosotros.

No podemos ver los del pensamiento emitidos por las demás personas, pero indudablemente si podemos sentirlos, esta es la razón por la cual a veces alguien a pesar de decirte palabras bonitas, por alguna razón no te simpatiza, y es que quizás te ha enviado algún mal elemento o pensamiento.

Para no perjudicar o dañar a las demás personas ni a nosotros mismos con los malos pensamientos, debemos siempre actuar en concordancia y ser honestos respecto a lo que queremos y no queremos. Debemos saber decir que no, cuando no queremos hacer algo, y asi evitaremos que se despierten pensamientos negativos.

Ahora, alguien puede decir, ¿eso no es acaso egoísmo, no se supone que debemos ayudar a quienes lo necesitan? Ciertamente, debemos, pero sólo cuando esa ayuda provenga sinceramente del corazón y no por razones externas, es decir por agradar a los demás o cosas en ese estilo.

Todos nosotros somos generosos hasta cierto punto, cada quien tiene su propio límite. Hay quienes la han desarrollado más que otros. Nuestra misión es ir aumentando cada una de nuestras cualidades positivas, la solidaridad, la generosidad, la compasión, etc. pero siempre respetando nuestra evolución y el nivel que nos encontramos actualmente, es decir, hacer hasta donde seamos capaces de hacerlo con todo el corazón, con buenos sentimientos detrás, si hay algo que no somos ahora capaces de dar, di honestamente que no puedes y luego reza y pidw sinceramente a Dios que te ayude a ser mejor y que te dé más generosidad. Él siempre escucha y te dará lo que pides, recuerda, “pide y se te dará”; entonces, serás capaz de dar más, pero verdaderamente.  Eso será honestamente, con el corazón y harás un bien tanto para ti como para quien recibe su acción generosa. Por eso, nunca hagas o digas nada que vaya con un pensamiento negativo detrás, porque al hacerlo pondrás un elemento perjudicial en el otro y también vendrá de regreso a ti.

De amor en tus acciones, pero no olvides de hacerlo también con tus pensamientos.

Marcela Allen Herrera

¡ Suscríbete a nuestro blog!

¡Regístrate para recibir Felicidad en tu correo electrónico!

No enviamos spam. Lee nuestra política de privacidad para obtener más información.

Te puede interesar...