El pensamiento es el alimento del espíritu y nada lo nutre mejor que un ‘nuevo pensamiento’, una nueva ilusión, un nuevo plan o propósito. Eso nos llena de esperanza y vigor porque nos hace mirar hacia adelante y es justamente en esa dirección que va la vida.
No interfieras su flujo natural mirando lo que quedó atrás porque eso te impedirá atraer lo nuevo. No vivas en los pensamientos gastados de ayer, olvida el pasado y los arrepentimientos. Date cuenta que cada pensamiento triste te quita vida, es fuerza que utilizas para atraer más desdicha y para fortalecer el hábito de lamentarse. La tristeza hace que la mente tiña todo con un tono opaco y cuanto más tiempo utilices tu fuerza de esta manera, más oscuro se volverá el tono.
¿Para qué llevar en la memoria el recuerdo de algún dolor? ¿Para que mirar para atrás, si sabemos que ahí ya no hay nada que nos pertenezca?
Si tienes un recuerdo triste, arrójalo afuera. Comprende que Tú ya no tienes nada que ver con la persona que fuiste hace un año, excepto por el beneficio de la experiencia y las lecciones que aprendiste. Pero esa persona ya no existe, hoy tú eres distinto, nuevo, con más experiencia y conocimiento, por tanto, eres mejor; y el próximo año serás otro más nuevo y aun mejor.
No te aferres a lo antiguo. Cuando termine el día deje que se lleve ese Tú que estuvo ahí, para que al siguiente vuelvas a nacer, con un nuevo pensamiento y un nuevo sueño. Vive un día a la vez, siempre con la mirada hacia adelante, sabiendo que la vida avanza del presente hacia el futuro, y es allí donde tiene para ti algo mejor.
Marcela Allen Herrera
.
Puedes escucharlo en el siguiente Video