Hay algo muy importante que debemos tener siempre presente en nuestra vida: “Los demás no son nuestra fuente”. No lo es nuestra pareja; ni nuestros amigos; ni nuestros hijos; tampoco nuestro jefe; ni la organización que nos da trabajo. Nuestra única fuente es Dios y eso no debemos olvidarlo jamás.
Muchas personas se confunden y piensan que su pareja es su fuente de amor, y por esta razón se hacen infelices soportando situaciones desagradables y permanecen en compañía de alguien que no les ayuda a ser mejores, sino todo lo contrario los hunde en el barro de la desdicha. Otros piensan que su trabajo es la única fuente de dinero posible y por ello pasan sus días infelizmente haciendo lo que no les gusta. O quienes piensan que sus amigos son su fuente de compañía y así tolera amistades perjudiciales, únicamente por temor a estar solos. Y también quienes piensan que la fuente de la salud está en los innumerables doctores que continuamente visitan y los remedios que tratan de cubrir un problema que solo puede viene del interior.
Si usted pudiera entender que Dios es la verdadera fuente de amor, de dinero, de salud y que los demás son solo medios que Dios utiliza para enviarle lo que usted necesita, viviría con más confianza y tranquilidad porque sabría que siempre va a tener a su alrededor las personas correctas que le ayuden en su camino y siempre va a tener lo que necesita.
Pero tenga en cuenta que Dios actúa a través nuestro y sólo puede hacerlo si su ser inferior – su mente mas pequeña- , deja de intervenir llenándole de dudas e inseguridades, porque así entorpece el flujo del Poder Divino, y le cuesta recibir las bendiciones que están preparadas para usted.
Por eso, acalle a su mente más pequeña para que así pueda escuchar aquella más grande y más sabia que le guía y le dirige. Corte de raíz los pensamientos negativos respecto a cualquier tema, ya sea persona o situación, deje los celos, la rabia, la desconfianza, el mal humor, déjelo a un lado para que pueda entrar en contacto con la Infinita Inteligencia y pueda recibir lo que necesita.
Confíe y deje que salga de su vida quien debe salir, porque eso esta dando paso a algo mejor, limpie, no retenga nada ni nadie, deje que todo fluya, con el tiempo comprenderá que lo que sucede es siempre lo necesario para llevarle a una felicidad cada vez mayor.
Recuérdelo, Nadie más que Dios es su fuente.
Marcela Allen Herrera