La mente en cualquier momento dado es un imán para algo. Es un imán para cualquier pensamiento, cualquier convicción que domine la mente en ese momento. Lo bendito y glorioso de todo esto, es que podemos determinar qué atraerá la mente, en qué tipo de imán se convertirá.
Ahora, puedes atraer hacia ti lo que no es bueno para ti, lo que te condenará, lo que te causará dolor y humillación. Al concentrarte y trabajar por ello, te conviertes en un especialista en esa línea y la ley de la atracción lo traerá hacia ti. Si tienes una actitud mental de prosperidad, si tienes una fuerte fe de que vas a salir de la pobreza, de que vas a demostrar prosperidad, abundancia y te esfuerzas de manera inteligente y persistente para cumplir tu visión, lo harás. Esa es la ley. Si obedeces la ley obtendrás buenos resultados.
Si solo pudiéramos ver una imagen de los procesos mentales de lo que sea que se sostenga en la mente, tirando las cosas que corresponden a nuestro pensamiento; si pudiéramos ver más fracasos, más malos negocios, más deudas, más pérdidas comenzando a acercarse hacia nosotros porque hemos contactado con estas cosas en nuestro pensamiento, dejaríamos de preocuparnos por las cosas que no queremos y a pensar en las cosas que queremos, atrayendo más en vez de menos, atrayendo abundancia en lugar de pobreza, prosperidad en lugar de fracaso.
Cuán a menudo hacemos de nuestra mente un imán para atraer todo tipo de pensamientos enemigos, pensamientos de pobreza, pensamientos de enfermedad, pensamientos de miedo y pensamientos de preocupación y después, de alguna manera, esperamos que se realice un milagro y que de estas causas negativas podamos obtener resultados positivos. Ningún milagro puede realizar un cambio como este.
Los resultados se corresponden con las causas. Antes de que podamos ser conquistados por la pobreza, debemos antes que nada, ser pobres mentalmente. El pensamiento de pobreza, la aceptación de un entorno empobrecido como una condición inevitable de la que no puedes escapar, te mantiene en la corriente de la pobreza y atrae más pobreza hacia ti. Es la operación de la misma ley que atrae las cosas buenas, un mejor entorno a aquellos que piensan en abundancia, prosperidad, quienes están convencidos de que van a estar bien y trabajan con confianza, con optimismo, hacia ese fin.
La ley de atracción no nos trae las cosas que más deseamos, las cosas que más anhelamos, sino lo nuestro, lo que ha vivido en nuestros pensamientos y nuestra mente, lo que ha dominado en nuestra mentalidad, en nuestra actitud mental, eso es lo que nos trae. Puede ser que esta ley nos haya traído las cosas que odiamos y queríamos eliminar, pero nos hemos centrado en ellas y, debido a que formaron el modelo mental, los procesos de la vida las construyeron en nuestras vidas. La ley de la atracción a menudo nos trae odiados compañeros de cama, pero han vivido tanto tiempo en nuestras mentes, que deben convertirse en parte de nuestras vidas, por la ley misma de que, los semejantes se atraen.
Hasta hace poco, muchos de nosotros no entendíamos a que se refería Job cuando dijo: “Todo lo que yo temía, lo que más miedo me causaba, ha caído sobre mi”. [Job 3:25] Ahora sabemos que expresaba una ley psicológica que es tan infalible como las leyes de las matemáticas. Sabemos que las cosas que más tememos, las cosas que nos horrorizan y de las que queremos huir, realmente las estamos persiguiendo por nuestro propio miedo a ellas. Al predecirlas y visualizarlas en nuestras mentes, las estamos atrayendo hacia nosotros mismos, y cuando hacemos esto damos la espalda a las cosas que más anhelamos.
Llegará el momento en que la ley de la atracción será conocida como el poder más grande en la creación. Esta es la ley sobre la cual se construyen todos los éxitos, todos los caracteres, todas las vidas. La atracción mental es el único poder sobre el cual podemos construir cualquier cosa exitosamente.
Extraído del libro “Cómo Atraer Prosperidad” Por Orison Swett Marden – Wisdom Collection