Por Charles Fillmore.
Como en la parábola de las ovejas y las cabras, nosotros también debemos hacer esta separación. Ponemos las ovejas – los pensamientos buenos, obedientes y benficiosos- a la derecha y ponemos las cabras – los pensamientos obstinados, egoístas e inútiles – a la izquierda. Cada uno debe manejar sus propios pensamientos y superarlos alineándolos con la armonía y el orden del pensamiento Divino. Existe una sabiduría infinita y omnipresente dentro de nosotros que abordará estos pensamientos y nos guiará en la discriminación entre lo correcto y lo incorrecto cuando confiamos plenamente en su inteligencia.
Podemos establecer una conexión entre la mente consciente y la mente supraconsciente dentro de nosotros, mediante la meditación y el silencio. La mente supraconsciente dentro de ti, discrimina entre los tipos de alimentos que asimilas, controla tu digestión, tu respiración y los latidos de tu corazón. “Hace todas las cosas bien”, y te ayudará a realizar este importante trabajo de guiarte en los pensamientos que debes tener y en los que debes descartar.
A medida que desarrollas esta mente en tu interior, descubrirás gradualmente que puedes volverte cada vez más a su perfecta discriminación. Nada es demasiado grande para que lo logre, ni nada es demasiado trivial para que lo maneje con perfección y prontitud. Si lo permites, esta mente del Espíritu te guiará de manera perfecta, incluso en los diminutos detalles de tu vida. Pero debes hacer su voluntad y confiar en ella en todos tus caminos. Te conducirá ineludiblemente a la salud, la felicidad y la prosperidad, como lo ha hecho y lo hace con miles; siempre y cuando la sigas.
Es tan necesario que uno deje ir los viejos pensamientos y condiciones una vez que hayan cumplido su propósito, como lo es tomar las nuevas ideas y crear nuevas condiciones para cumplir con nuestras necesidades. De hecho, no podemos asirnos de las nuevas ideas y crear las nuevas condiciones, hasta que hagamos espacio eliminando las antiguas. Si sentimos que no podemos separarnos de las cabras, tendremos menos ovejas. Si insistimos en llenar los recipientes con el pescado malo, tendremos que prescindir del bueno.
Estamos aprendiendo que los pensamientos son cosas y ocupan espacio en la mente. No podemos tener nuevos o mejores, en un lugar ya abarrotado de viejos pensamientos, débiles e ineficientes. Una limpieza mental es aún más necesaria que una limpieza física, porque el exterior no es sino un reflejo del interior. Limpia el interior de la fuente, donde se guarda la comida, así como la parte exterior que las personas ven, enseñó Jesús.
Los viejos pensamientos deben ser negados y la mente purificada en preparación, antes de que pueda entrar la consciencia afirmativa de Cristo. Nuestra mente e incluso nuestro cuerpo está lleno de pensamientos de error. Cada célula está vestida con pensamiento: cada célula tiene su propia mente. Mediante el uso de la negación, rompemos la corteza exterior, el pensamiento material que ha envuelto a las células y bajamos a la sustancia y la vida dentro de ellas. Luego nos ponemos en contacto con esa sustancia y vida que nuestras negaciones han expuesto y que expresan el lado positivo y constructivo de la ley. Cuando negamos consistentemente las limitaciones de lo material, comenzamos a revelar la ley espiritual que espera ser revelada dentro de nosotros . Cuando esta ley es revelada a nuestra consciencia, comenzamos a usarla para demostrar todas las cosas que son buenas. Ese es el estado de consciencia que tuvo Jesús, la consciencia Crística.
Charles Fillmore “Lecciones sobre Prosperidad” / Wisdom Collection